ética en la inteligencia artificial



Hoy en día, la inteligencia artificial (IA) desempeña un papel en la vida de miles de millones de personas. A veces inadvertida, pero a menudo con profundas consecuencias, transforma nuestras sociedades y desafía lo que significa ser humano.


La IA puede brindar apoyo a millones de estudiantes para completar la educación secundaria, cubrir 3,3 millones de puestos de trabajo adicionales y, de manera más urgente, ayudarnos a hacer frente a la propagación y las consecuencias de la pandemia de COVID-19. Junto con múltiples ventajas, estas tecnologías también generan riesgos y desafíos a la baja, derivados del uso malicioso de la tecnología o la profundización de las desigualdades y divisiones.


Cosas que debes saber sobre la IA

La IA ha demostrado su valor para hacer frente a la pandemia de COVID-19

Contribuye a frenar el impacto económico de la crisis a través de las plataformas digitales. También ayuda a los investigadores a procesar grandes cantidades de datos en la carrera por encontrar una vacuna o un tratamiento. La IA ha participado en la contención de la propagación del virus a través de tecnologías de prueba, seguimiento y localización. Sin embargo, a medida que las personas dan acceso a sus datos, el uso de la IA durante esta pandemia ha reabierto las preocupaciones con respecto a la privacidad, la protección de datos y el uso de datos más allá de las necesidades de seguimiento de virus.

Es probable que el crecimiento impulsado por la IA sea muy desigual

Se espera que la IA genere casi 4 billones de dólares estadounidenses en valor agregado para 2022. Para 2030, se espera que las ganancias económicas sean más fuertes en China y América del Norte, lo que representa el 70 % del impacto económico global de la IA. La IA tiene una dinámica de “el ganador se lo lleva todo” que debe regularse: la concentración de la IA en manos de unos pocos países de altos ingresos probablemente dejará muy atrás a los países en desarrollo. Estos últimos no se beneficiarán o se beneficiarán muy poco de las tecnologías de IA y carecerán de propiedad de tales tecnologías



Y lo que es más

La IA contribuye a agrandar las brechas de género existentes

Solo el 22 % de todos los profesionales de IA son mujeres. Debido a que están subrepresentadas en la industria, los sesgos de género y los estereotipos se reproducen en las tecnologías de IA. No es casualidad que los asistentes personales virtuales como Siri, Alexa o Cortana sean “mujeres” por defecto. El servilismo y, a veces, la sumisión que expresan son un ejemplo de cómo la IA puede (continuar) reforzando y propagando los prejuicios de género en nuestras sociedades.

La IA puede ser una herramienta poderosa para abordar el cambio climático y los problemas ambientales

A medida que el planeta continúa calentándose, los impactos del cambio climático empeoran. Los modelos potenciados por la IA podrían, por ejemplo, ayudar a mejorar la gestión de los ecosistemas y la restauración de los hábitats, algo esencial para disminuir el declive de las poblaciones de peces y fauna silvestre. Dicho esto, la extracción de datos consume casi el 10 % de la energía a nivel mundial. Por lo tanto, también es esencial abordar el alto consumo de energía de la IA y el consiguiente impacto en la emisión de carbono.

La IA no puede ser una zona sin ley

La IA ya está en nuestras vidas, dirigiendo nuestras elecciones, a menudo de maneras que pueden ser dañinas. Hay algunos vacíos legislativos en la industria que deben llenarse rápidamente. El primer paso es llegar a un acuerdo sobre los valores que deben consagrarse y las reglas deben aplicarse. Existen muchos marcos y directrices, pero se aplican de forma desigual y ninguno es verdaderamente global. La IA es global, por lo que necesitamos un instrumento global que la regule



La Inteligencia Artificial es vista por muchos como una gran tecnología de transformación. La idea que tienen las personas sobre la Inteligencia Artificial es que estos sistemas nos llevarán algún día a todos lados, o se encargarán de lavarnos la ropa, inclusive nos cortarán el césped y hasta nos criarán nuestros hijos. Estas preguntas hacen que la gente pase de pensar puramente en las capacidades funcionales a la ética que hay detrás de la creación de tecnologías tan poderosas y potencialmente vitales.

Como tal, tiene sentido dedicar tiempo a considerar lo que queremos que hagan estos sistemas y asegurarnos de que abordamos las cuestiones éticas ahora para que construyamos estos sistemas con el bien común de la humanidad en mente.

Solo porque podamos, no significa que debamos, podría ser algo a tener en cuenta cuando se trata de innovar con la tecnología. Con la disponibilidad de grandes datos, la velocidad y el alcance de las plataformas de computación en la nube y el avance de los cada vez más sofisticados algoritmos de Machine Learning es un tiempo notable de avance en las tecnologías. La Inteligencia Artificial es un gran ejemplo de un espacio en que podemos construir lo que queramos y algo más, pero ¿deberíamos?



Si definimos ética, nos referimos a los principios morales que rigen el comportamiento de una persona o la realización de una actividad.

La Inteligencia Artificial carece de esa brújula, inclusive carece de cualquier brújula, ella solamente puede separar lo correcto de lo incorrecto basándose en los datos que le fue entregado y que tengan la etiqueta de “correcto” y la de “incorrecto”.

La Inteligencia Artificial no tiene ninguna conciencia en sí misma y, por supuesto, tampoco tiene empatía, algo fundamental en la ética. Por lo que la única brújula moral que tiene es la del desarrollador, que establece lo que está bien y lo que está mal.

Si el desarrollador tiene una brújula moral baja, puede desarrollar una Inteligencia Artificial con malas intenciones, y esto mismo ocurre viceversa. Eso no significa que la Inteligencia Artificial vivirá según esos estándares, ya que debes recordar que la Inteligencia Artificial no está codificada, sino entrenada, lo que significa que podría ser hecha con buenas intenciones, pero aún así, se convertirá en algo menos aprobado moralmente o para siempre como uno podría haber esperado.

Pero, ¿es necesario tomar en cuenta la ética al momento de desarrollar nuestros proyectos?

Si no construimos la tecnología basada en la ética y nos aseguramos de que entendemos el resultado de cada modelo que implementamos, corremos el riesgo de no ser éticos. Y con éticos nos referimos a ser racista o incriminar a personas inocentes, estos vendrían a ser resultados sesgados que conducen a una potencial toma de decisiones racistas.

En ejemplo de esto tenemos muchos, uno de ellos ocurrió hace unos años atrás cuando Facebook desarrollo dos bots de Inteligencia Artificial. Ambos fueron desarrollados para entablar conversaciones como un humano, pero en algún punto de ese proceso ambos bots crearon su propio lenguaje para comunicarse entre ellos y que solamente ellos podían entender. Durante el desarrollo de los bots nunca fue ese el propósito, fue algo que ocurrió durante el entrenamiento, éticamente estaría mal si se hubiera dejado activo ambos bots para que siguieran sus propias conversaciones en donde los humanos no podían monitorear el resultado de esas conversaciones pero al final Facebook decidió apagar ambos bots y desechar todo el entrenamiento realizado con ambos.

Por lo tanto, la Inteligencia Artificial no tiene conciencia de sí misma, tampoco tiene empatía, depende de su desarrollador, el humano, orientarla para que se entrene tomando en cuenta sus principios éticos.

Esto lo podemos ver claramente en la definición que dimos previamente sobre ética, en donde indicamos que la misma se rige por el comportamiento, por lo tanto, si la Inteligencia Artificial no puede gobernar su comportamiento, queda de parte de nosotros, los humanos, los que determinemos el comportamiento de la Inteligencia Artificial. Por supuesto, siendo precavidos en no entorpecer su auto aprendizaje, no queremos frenar su proceso de desarrollo, ya que eso superaría todo el propósito de la misma.

Por lo tanto, al momento de desarrollar cualquier proyecto de Inteligencia Artificial debemos tomar en cuenta lo siguiente:

  • Necesitamos que la ética se incorpore a la idea de por qué estamos desarrollando un proyecto específico de Inteligencia Artificial.
  • Necesitamos monitorear, comprobar y probar los resultados de ese proyecto de Inteligencia Artificial para entender completamente su comportamiento y asegurarnos de que no está violando nuestra brújula moral, como humanos.

Es importante considerar la ética no solamente en los proyectos de Inteligencia Artificial sino también en cualquier innovación en tecnologías. No podemos correr el riesgo de construir herramientas no éticas. Así que si algo corre el riesgo de ser poco ético por el bien de la innovación o el beneficio financiero, debemos pensar en solo porque podamos, no significa que debamos.

Con esto finalizamos la explicación. Ya debes saber sobre la ética en los proyectos de Inteligencia Artificial, por lo tanto te dejo la siguiente pregunta, ¿Cuáles de las siguientes afirmaciones crees tú que sea cierta?

Opción 1: Podemos realizar cualquier proyecto de Inteligencia Artificial sin tomar nuestros principios como humanos.

Repuesta incorrecta. Debemos considerar nuestros principios al momento de desarrollar un proyecto.

Opción 2: Debemos aceptar desarrollar cualquier proyecto de Inteligencia Artificial.

Respuesta Incorrecta. Si un proyecto de Inteligencia Artificial viola nuestra ética no lo debemos desarrollar.

Opción 3: Si podemos realizar un proyecto de Inteligencia Artificial, no significa que debemos hacerlo.

Respuesta Correcta.

Deja en los comentarios cuál crees que sea la opción correcta. Puede ser una o más respuestas las correctas.

Alguna pregunta enviar al:

(yorlinstivencruzalvarez@gmail.com)



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